Cuando llegue tú ya estabas, te habías situado bien en cada lugar, cada espacio
ya lo habías hecho tuyo. Conocías las costumbres de ellos. Tenías la preferencia ganada limpiamente. Por mi parte no
hubieron reclamos, no hubieron preguntas, no hubieron miedos, sabes porqué? porque ya estabas
y eso fue suficiente para mí. Te veía siempre a mi lado cuidándome,
queriéndome, resguardando que no me ocurriera nada. En mi inconsciencia tuve la
certeza que ese sería el camino en adelante. Fueron transcurriendo los años y así como aparecí en tu camino, tu nunca volviste a soltar mi mano y el camino se hizo
doble. Caminábamos en la misma acera, con el mismo vestido y peinado .Tú lugar
bien situado lo hiciste de ambas, tú espacio lo convertiste en nuestro espacio,
compartiendo la misma cama, el mismo cuarto, lo tuyo era mío, no por imposición
de ellos sino por decisión tuya, enseñándome así a ser desprendida. Me hiciste participe de las costumbres de
ellos y mi cabeza siempre se inclinaba hacia arriba para saber si lo hacía bien
o mal. Tú corrección no era con palabras sino con hechos, entonces juntas
formamos un lenguaje propio, un lenguaje de ambas, hablábamos el mismo código
sin articular una sola palabra y ni ellos
entendían. Era nuestro mejor secreto guardado. Hasta que un día empecé a
hablar otro tipo de lenguaje y me perdí .En ese entonces supe lo que era el
temor. El temor a
olvidar todo lo aprendido, el temor a perderme yo en el olvido tuyo, el temor a no volver a entablar el mismo lenguaje contigo. Sin embargo, siempre
fuiste tan extra-ordinaria desde el día en que te conocí, que no me había
percatado que la que soltó la mano fui yo, la que cambio de
lenguaje también fui yo y tú aún estabas en
la misma acera, en el mismo camino, aquel que lo habías hecho doble, esperando a que yo vuelva, porque tú no te irías nunca
de ahí. Te encontré con la mano extendida para sujetármela denuevo, con la sonrisa mas hermosa que te
había visto jamás, comprendiendo así que un lenguaje aprendido no se olvida
mas, gracias por enseñarme a perdonar.
Hoy te veo y lo que se eleva no es mi cabeza para verte, lo que se eleva es mi orgullo hacia ti, eres- y créetelo- la mujer con mas fortaleza que conoceré y lo heredaste de nuestra madre. Eres desprendida porque sabes que vale mas lo que uno es a lo que uno tiene. Eres extremadamente apasionada cuando quieres algo y no paras hasta obtenerlo (caray pero que jodida te pones cuando no lo obtienes), Llegaste aquí con infinidad de virtudes, pero hay uno que cautiva a muchos y es tu voz, siempre canta y encanta.
No me veo en mis días sin ti,
nunca los vi desde que llegue aquí, quizá llegue el día en que andemos por
caminos distintos y no temo más, porque sé que cuando nos volvamos a juntar
seguiremos hablando el mismo lenguaje.
Te admiro, te respeto y te amo
¡feliz cumpleaños hermana mía!
Tona
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